jueves, 25 de agosto de 2011

Un sabor nuevo y emocionante

Miedo, inseguridades, terror a perder parte de mi libertad por algo que pudiera ser totalmente pasajero, frustración por querer y no poder. Lucha interna entre mi cabeza y mi alma, falta absoluta de iniciativa, estatismo emocional. Dolor al recordar experiencias pasadas, temiendo que pudieran repetirse. Conformismo, comodidad al verme asentada en la rutina.


Algo de todo eso murió poco a poco, a medida que fui probando sus labios y dejándome arrastrar por su calor: el de sus brazos y el de su corazón. Mis barreras han ido cayendo como castillos de naipes movidos por el viento, mis propias defensas son débiles ante estos nuevos sentimientos que van creciendo. Mis miedos van a la par que mis sensaciones.


Me resisto a confiarme del todo, a perderme en este precioso paisaje que se presenta delante de mi. Pero al mismo tiempo, no puedo ir en contra de la corriente. Me siento incapaz de negar lo que ya es obvio, estos sentimientos que me han sorprendido por completo.


Hay muchos tipos de amor, y cada uno se vive de un modo diferente. No recuerdo haber percibido algo similar a lo que vivo ahora... o quizá, mi cerebro olvidó el pasado para hacerme mucho más feliz el presente. Lo único que puedo confirmar es que me gustaría que esto fuese eterno, que el tiempo se detuviera en el hoy y el ahora y que las circunstancias externas no pudieran empañar ningún momento delicioso.